
Aprender a diferenciar entre la tristeza y la depresión, así como identificar estos estados emocionales a tiempo, es crucial para mantener una salud mental óptima.
Es muy común confundirnos, debido a que la tristeza y la depresión nos llevan a experimentar síntomas similares y tienen algunos factores de riesgo similares. Por ello, debemos estar muy atentos a nuestros pensamientos y emociones para identificar a tiempo situaciones o síntomas que pueden poner en riesgo nuestro bienestar emocional y acudir de manera inmediata a un profesional de la salud mental.
La tristeza es la emoción que experimentamos y sentimos cuando hemos perdido algo importante, cuando nos ha decepcionado algo o cuando ha ocurrido alguna desgracia que nos afecta a nosotros o a otra persona cercana. Es importante tomar en cuenta que la tristeza deviene de algún motivo en concreto.
Este estado de ánimo se caracteriza por ser pasajero y sus síntomas se manifiestan sólo mientras se vive el duelo o la situación dolorosa. Hay ausencia de culpa por los sentimientos de tristeza y por lo general, expresarnos a través del llanto, conversar con alguien de confianza o refugiarnos en alguna actividad que nos guste, alivia poco a poco la tristeza hasta alcanzar el funcionamiento habitual.
Cuando nos referimos a la depresión, hablamos de un malestar clínicamente significativo que afecta profundamente nuestra área social, laboral, personal y familiar, por lo tanto, no debe confundirse con la tristeza, ni usar el término “depresión” para referirse a ella. Se caracteriza por la ausencia de motivos, es decir, no tiene una causa determinada que explique los síntomas.
Las personas con depresión se sienten vacías, sin esperanzas, desmotivadas, disminuye su interés o placer para realizar actividades que anteriormente disfrutaban, experimentan pérdida o aumento de peso sin ninguna explicación, así como el deterioro del sueño, pérdida de energía, cansancio, sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva, dificultad para concentrarse, tomar decisiones y el síntoma más alarmante: pensamiento de muerte recurrente, ideas e intento de suicidio.
¿Cómo afrontar la tristeza y la depresión?
Todos en algún momento hemos sentido tristeza, ya que es una de las emociones básicas del ser humano. Experimentarla nos hace sentir vivos, nos recuerda que tenemos sentimientos, cuáles son las cosas que realmente nos importan y quienes son las personas significativas para nosotros, pero cuando no estamos conscientes de nuestro estado de tristeza y no manejamos de la mejor manera lo que sucede en nosotros, se puede convertir en una depresión. Esta afección mental, si no es tratada por especialistas, puede resultar en un problema que compromete la vida de la persona, hasta llegar a la muerte.
Siempre hay una forma de prevenir, por esta razón te comparto estos consejos para afrontarlo:
¿Cuándo consultar al psicólogo?
Las personas con trastorno depresivo son diagnosticadas por psicólogos especialistas y psiquiatras por medio de una evaluación clínica. Si experimentas los síntomas de la depresión durante 15 días o más, de manera ininterrumpida, no se explican por ninguna causa determinada, además, no hay registro de un cambio significativo en tu vida y la rutina continúa sin ningún contratiempo, es necesario que acudas con un especialista para su evaluación y tratamiento.
Luego de la evaluación clínica, el psicólogo especialista determina el tratamiento de acuerdo al grado de los síntomas. La psicoterapia es uno de los recursos para tratar y afrontar la depresión y, si se requiere, la prescripción de medicamentos por parte de un psiquiatra.
Aprender a diferenciar entre la tristeza y la depresión nos permite prevenir una enfermedad que puede desmejorar significativamente nuestra calidad de vida. Estar atento a las señales de alerta, conocer nuestro cuerpo e identificar nuestras emociones son claves para diferenciarlas.
Si identificas que tus síntomas se deben a un sentimiento de tristeza, no debemos bajar la guardia, es necesario estar atentos al curso de la sintomatología, pues una tristeza que no termina, un trauma que no se supera o un duelo que no permite pasar la página, puede devenir en una depresión.